martes, 9 de febrero de 2010

Automotivación en los grupos de trabajo

Automotivación en los equipos de trabajo


No han notado como ahora en los equipos de trabajo se tiene la frase “Motivación” a flor de piel, y todos estamos dispuestos a dejarnos motivar?.  En lo personal estoy convencida de que es un tema fundamental para mantener la productividad de los colaboradores.

Existen muchas técnicas para motivar a un grupo de trabajo, ya sea a través de cursos, libros y demás herramientas; sin embargo es muy importante que la motivación inicié desde nuestro interior, que busquemos cual es nuestro principal aliciente para desarrollar un proyecto, sea cual sea el proyecto, que nos gusta de él, porque nos interesó participar en esa aventura.

Podremos pensar, en que “necesitaba trabajar”, “es el proyecto que me tocó”, “no había más opciones”…etcétera, etcétera…pero lo más importante es que estemos convencidos que hacemos lo que nos gusta, que participamos en un proyecto interesante y que estamos ayudando a solucionar o mejorar algo; apreciemos en toda su valía el trabajo individual y que sumando hace a nuestro equipo de trabajo.

Cada vez que nos integramos a un equipo nuevo, tenemos grandes expectativas, queremos conseguir el reconocimiento en todos los sentidos; pero conforme pasa el tiempo es común que los equipos vayan disminuyendo las expectativas, nos fijamos en los defectos de cada colega, del cliente, del gerente o líder de proyecto, en fin. Pero alguna vez nos detenemos a pensar que nuestras actitudes, comentarios pesimistas o defectos, que nuestro propio desempeño también repercute en el equipo desmotivándolo, y pero aún ¿si lo detectamos, hacemos algo por cambiar?

Es necesario que nos comprometamos a cambiar las malas actitudes y nos enfoquemos en los objetivos, en los avances que siempre suman y nos acercan a la meta. Mantengamos el entusiasmo y enfoquémonos en tener ambientes de trabajo automotivados.

El sentirnos exitosos, orgullosos y satisfechos del trabajo realizado es el mejor motivador del mundo, lo reflejamos en todos los aspectos de nuestro día a día. Reconocer las diferencias, aptitudes y habilidades de cada uno de nuestros colegas es lo que permite el crecimiento y aprendizaje constante.

Al final, siempre llega la recompensa, obtenemos el reconocimiento de nuestros colegas, clientes, directivos e incluso de las personas que conviven con nosotros en lo personal.


Aportar, apoyar y empatizar con el entorno nos permite motivarnos unos a otros, detectar cuando en equipo requiere de un empujón adicional para mantener la unidad y entusiasmo, es una actividad que no solo es responsabilidad del líder o gerente, sino de todos los integrantes de equipo, no debemos permitir que decaiga el espíritu de motivación.

Si bien la parte emocional y de pertenencia son también activadores de la motivación, las organizaciones no deben desechar sesiones formales de motivación a sus colaboradores apoyándose en especialistas para el manejo de grupos de trabajo. Si las políticas de las empresas lo contemplan, proporcionar incentivos económicos que vayan de acuerdo con los logros obtenidos en lo individual o grupal.

En conclusión, es importante que aprendamos a reconocer el trabajo de cada colega, que le felicitemos por sus logros y sobretodo que mantengamos el espíritu de logro en cada uno. Si nuestros colegas, se sienten reconocidos, fortalecemos su espíritu, los mantenemos automotivados y siempre estarán dispuestos a dar de sí lo mejor.

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