Uno de los escenarios más clásicos en proyectos con problemas es el del héroe que en un "acto de valentía" quiere salvar el proyecto, y que ejecuta alguna "acción heroica" como no dormir dos días para que todo funcione, o probar alguna solución técnica basada en la intuición en el momento de salir a producción, o convencer al cliente acerca de un problema utilizando presión o manipulación.
Estos escenarios son generalmente muy seductores en la vorágine de un proyecto, porque tanto el gerente de proyecto como los miembros del equipo quieren transmitir mensajes del tipo "nosotros lo podemos hacer" al resto de la organización.
La experiencia demuestra que todos estos escenarios son en la mayoría de los casos negativos para una gestión confiable, ya que con ellos se tiende a asumir riesgos demasiado altos, a depender de la suerte y a vivir en la improvisación. Si hubo una buena planificación en el proyecto podrá haber contratiempos, incidentes e issues, pero estos nunca deberían requerir de un héroe para su solución.
La máxima del proyecto debe ser: Trabajemos en equipo, no hacen falta héroes, si sale bien habrá gloria suficiente para todos.
Los resultados de una mala gestión de proyecto, origina desfases en tiempo, costo, calidad y por supuesto insatisfacción a los clientes y miembros de los equipos “heroicos” del proyecto.
Apostemos por la aplicación adecuada de la administración de proyectos basada en experiencia, trabajo en equipo y un seguimiento cercano por parte de todos los involucrados en los proyectos, recordemos que un proyecto es un producto único e irrepetible por tanto es la única oportunidad de que se obtengan buenos resultados.